viernes, 22 de julio de 2011

Susanne Semelin: una historia de locura.

Esta es la historia de una madre desesperada, una madre que tras la perdida de su hija no encontró mas consuelo que en si misma... se consoló en su locura.
Sussane Semelin tiene actualmente 35 años, hace 6 quedo embarazada de tu tan esperada hija Allie. Como toda mujer, siempre había soñado con ser madre pero cuando realmente intento quedar embarazada se dio cuenta que esto no seria algo sencillo. Su esposo y ella no lograban concretar un embarazo y después de muchos intentos, los médicos le dijeron que la mejor opción sería adoptar. Ella se negaba rotundamente, sabia que tarde o temprano Dios iba a mandarles un bebe. Lo extraño del caso es que ninguno de los médicos que los trato pudo descubrir la causa por la cual Sussane no lograba concebir.
Después de perder 5 embarazos en 2 años, finalmente Sussane y Jall  Semelin recibieron la noticia mas feliz: finalmente, y si todo salia como esperaban, iban a ser padres a fines de 2005. La noticia los hizo tan feliz que decidieron hacer una mini fiesta para celebrarlo. Jall comentaba entre sus amigos que no quería entusiasmarse mucho porque cada vez que Susanne perdía un embarazo la familia entera caía en pozos depresivos irremontables. Mientras tanto, su esposa, ya empezaba a buscar nombres para su futura hija o hijo y también pensaba en como iba a decorar el cuarto del bebé.
Tras un largo reposo y después de 9 meses de cuidados intensos, el 16 de noviembre de 2005 nació la pequeña Allie. Era una bebé hermosa, rubia, con unos intensos ojos verdes y sin ninguna enfermedad a cuestas.
Alli, Susanne y Jall fueron muy felices. Ellos disfrutaban del cuidado de su pequeña y la beba aprendía todos los días algo nuevo junto a sus padres.
Todo fué muy feliz hasta el trágico 16 de agosto de 2008, cuando la familia iba camino a un campo a visitar a los abuelos paternos de Allie y el coche en el que viajaban impactó con un camión que venía del lado contrario y sin luces. Allie murió en el acto y Jall sobrevivió 2 días. Susanne solamente sufrió fractura de cabeza y algunas lesiones sin gravedad. Lo peor que tuvo que vivir ella fue el momento en el que le dijeron que su pequeña había muerto.

Nunca lo supero, nunca encontró consuelo... o bueno, si. Se consoló en su locura. Desde ese momento, después del funeral de Jall y de la pequeña Allie, Susanne se mudo a la casa de sus padres, pero ella ya no sabía donde estaba, ni quien era, ni que había pasado. El psicólogo le explico a la familia que la conciencia de Susanne nunca quizo afrontar la realidad y ella se creo un mundo interno donde era feliz con su esposo y su chiquita. Una muñeca de Allie le sirvio a Susanne para creerse aún mas esa locura en la cual su hijita todavía tenía vida. El juguete al que Allie habia llamado "Annie", fue tomado por Susanne y usado para cuidar de ella creyendo que era Allie. Una locura. Su familia cuenta que le daba de comer, le compraba ropa, le enseñaba piano y baile como lo hacia con Allie, la hacia dormir, le cambiaba los pañales y hasta la bañaba. Siempre bajo la creencia de que esa era su hija. Incluso hacia que los demás la traten como una niña real.
Una tarde el padre de Susann, desesperado, angustiado, empezó a gritarle a que esa no era su hija, que ella tenia que aceptar que Allie ya eran un ángel que descansaba en paz junto a su padre y que ella tenía que rehacer su vida. Tomo la muñeca y la tiro a la basura. Susanne entro en crisis y a gritos le preguntaba  a su padre porque habia ello eso con su pequeña, que porque no queria a su nieta. Ese fue el último día de Susanne en la casa de sus padres. Ahora ella esta rehabilitandose en un psiquiatrico privado de la ciudad de Boston.










Susanne con Annie (Allie en su mundo)

Esta información la recopilo una persona que conozco del blog de Marie, la hermana de Susanne.